Tras la tempestad parece que, poco a poco, está llegando la calma y el mundo se está adaptando a la ‘nueva normalidad’. La cuenta atrás en la búsqueda de la vacuna y medicamentos para tratar el COVID-19 está en marcha, soluciones que están siendo testadas y revisadas con la esperanza de obtener resultados muy pronto.
Cada vez que encaramos una crisis, nuevas soluciones y herramientas son exploradas entre las múltiples ideas o productos que surgen para resolver problemas y hacer más fácil nuestra vida.
Durante esta reciente pandemia mundial, los desarrolladores de productos han probado la eficacia de las luces UV para establecer un proceso sencillo de germicidas y patógenos inactivos como bacterias o virus.
Pero, ¿son seguras estas fuentes de luz UV? ¿Podemos confiar en ellas y usarlas en nuestro día a día?
CONTEXTO
La fuente de luz UV lleva con nosotros desde el origen de los tiempos; es parte de la salida de radiación solar y extiende el 10% de la radiación electromagnética total, siendo invisible al ojo humano.
Fue descubierta en 1801 por el físico Johann Wilhelm Ritter, llevándola un paso más allá en 1878 cuando se descubrió el efecto esterilizador de la luz UVC de longitud de onda corta.
Más tarde, en 1960, se descubre una relación entre la luz UV y el efecto del ADN y fue reconocida con referencias a la desinfección por James Bolton.
La luz UV que alcanza la Tierra en la actualidad se clasifica en tres segmentos:
- UVA 400–315nm: Onda larga, luz negra, no absorbida por la capa de ozono. Ayuda a los humanos a mantenerse fuertes y saludables. En exposiciones moderadas al sol, los rayos UVA comenzarán con la producción de vitamina D.
- UVB 315–280nm: Onda media, la mayor parte absorbida por la capa de ozono. Debe ser filtrado por la capa de ozono ya que la parte residual que llega a la Tierra es también parte del proceso de producción de vitamina D.
- UVC 280–100nm: Onda corta, bactericida, absorbida por completo por la capa de ozono y la atmósfera. No debe alcanzar el medioambiente ya que puede dañar estructuras de ADN y destruir células.
Las largas exposiciones de luz UV pueden provocar quemaduras, enrojecimiento, daños en la piel, cáncer o conjuntivitis, entre otros efectos.
LA NUEVA "NUEVA" IDEA
El sector de la iluminación lleva usando luz UV desde hace mucho tiempo. La industria gráfica, invernaderos o granjas de peces son algunos de los ejemplos de entornos controlados en los cuales UVA y UVB proporcionan longitudes de onda controladas.
En un uso más restringido, UVC se usa en unidades médicas y de laboratorio así como en la limpieza del agua.
Sin embargo, el coronavirus y la necesidad de alcanzar un proceso de desinfección fácil y rápido ha traído de actualidad el uso de UVC en matrices portátiles y entornos domésticos para limpiar y eliminar virus, así como evitar la propagación de zonas de contacto.
Todos los que trabajamos en la industria de la iluminación tenemos que ser muy prudentes con el uso de estas soluciones, así como con la capacidad de hacerlas disponibles para un uso sencillo por parte del consumidor ya que la luz UV es una radiación peligrosa que no puede percibirse.
En este sentido, las unidades portátiles que se están comercializando en la actualidad y que dan este tipo de luz deben ser consideradas productos para la salud con observaciones especiales de uso contra la luz invisible y el tiempo de exposición prolongado.
Diversas capas de protección deberían ser incluidas en el producto final para evitar efectos secundarios en las personas:
- Activación de temporizadores
- Inhibidores de detección de presencia
- Alarmas
- Límites en el tiempo de uso
- Activación de un código / clave de inicio de sesión
ELT Y LAS LÁMPARAS UV
Nuestro portafolio incluye, desde hace un tiempo, un equipo para ser usado con lámparas UV, el T5 – G36 y G64 – 2x 41W o 2x75W.
El balasto BE 275-UV está disponible en dos versiones, una estándar y otra con una señal LED “en uso” para permitir medidas extras de seguridad que alerten al usuario de que se encuentra en funcionamiento evitando, así, aperturas o accesos a áreas con altos niveles de presencia de UV como lámparas u otras configuraciones.
El BE 275-UV es un equipo IP20 a incorporar de Clase I. Permite el uso de luminarias de Clase I y Clase II con consideraciones eléctricas adicionales aplicables por certificación. Tiene un circuito que se enciende con precalentamiento de cátodos para una larga vida de la lámpara, sin destellos, ni parpadeos.
Posee funcionamiento en alta frecuencia para optimizar los criterios de trabajo de la lámpara y el efecto estroboscópico corregido, así como una alta eficiencia energética.
La tensión permitida es de 198-254V, 50-60Hz y soporta 2 horas a 350V (AC).
El BE 275-UV-LED está diseñado para aplicaciones que requieren control visual de funcionamiento.
Para obtener más ayuda y orientación, no duden en ponerse en contacto con nosotros.
Fuentes:
https://www2.gov.bc.ca/gov/content/health/keeping-bc-healthy-safe/radiation/ultraviolet-uv-radiation
https://en.wikipedia.org/wiki/Ultraviolet#/media/File:Ozone_altitude_UV_graph.svg
https://www.meditek.ca/uv-sterilization-robots-infection-prevention-technology-operating-rooms/
https://metro.co.uk/2020/03/05/buses-blasted-uv-light-rid-coronavirus-12352400/
https://www.elt.es/sites/default/files/be-uv_4.pdf
Rui Madrugo
Dpto. Comercial ELT